martes, 9 de octubre de 2007
OPINION CRIS IREZABAL
Este trabajo que realizamos mi equipo y yo, me pareció muy importante ya que aprendimos mucho sobre las antiguas culturas como la griega, la romana, la cultura Mesopotámica, la Hebrea, etc. Aprendí cosas que no sabía y mi conocimiento se hizo mas completo. Mi equipo trabajo muy bien y eso facilito el entendimiento de la información y no hubo ningún problema. Miss Mariana gracias por esta oportunidad cultural la cual hizo que nuestro cerebro madure.
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El Primero De Los Escribas
Era muy natural para el faraón el quitarse sus aparatosas vestiduras para ponerse el modesto atuendo que caracterizaba la vestidura de los escribas.(Solo algunos faraones sabían leer y escribir) Tocado por la divinidad, el soberano no hacía más que tratar de imitar a un ilustre modelo: el dios Thot, creador de las lenguas y la escritura, escriba y visir de los dioses, autor de libros, especialmente de magia y el patrón de los escribas.
El Escriba Penatur
Pentaur es el nombre del escriba que narró la famosa batalla de Kadesh. Otra obra atribuída a él es La disputa de Sekenenre y Apopi, un texto recogido en el papiro Sallier I, una colección de documentos que es, probablemente, una narración del inicio de la guerra contra los invasores hicsos.
Sus Obras Literarias Fueron Las Siguientes:
Sus Obras Literarias Fueron Las Siguientes:
La disputa de Sekenenre y Apopi
"Aconteció pues que la tierra de Egipto estaba en dura aflicción y que no había un Señor como rey de ese tiempo. Ocurrió que el soberano Sekenenre, era gobernante de la ciudad del Sur. Había, sin embargo, dura aflicción en la ciudad de los Asiáticos, estando el príncipe Apopi en Avaris. Todo el país le presentaba ofrendas trayéndole sus tributos…. El rey Apopi tomó para sí a Seth como único señor y no servía a ningún otro dios que hubiera en todo el país."
Poema de Pentaur
"Irguiéndose en toda su estatura, el rey viste la fiera armadura de combate y con su carro tirado de dos caballos lánzase en lo más recio de la contienda. ¡Estaba solo, muy solo, sin nadie junto a él!... Sus soldados y su séquito le miraban desde lejos, en tanto que atacaba y defendíase heroicamente. ¡Le rodeaban dos mil quinientos carros, cada uno con tres guerreros, todos apremiándose para cerrarle el paso! ¡Solo e intrépido, no le acompañaban ni príncipes, ni generales, ni soldados!..."
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